🐒 3 acciones simples que tú, como homo sapiens, deberías hacer a diario (Parte I)
Mantener (o recuperar) aquellas actividades y habilidades naturales, propias de la especie es una de las claves para morir joven lo más tarde posible
Hola!
Ya te habrás dado cuenta que tengo un cierta tendencia a filosofar. Tal vez sea porque he pasado la barrera de los cincuenta…
Pero también soy pragmático. Y como me he comprometido a compartir ideas y consejos simples para mejorar la salud, forma física y estilo de vida a través de esta newsletter, esto es lo que voy a hacer hoy.
Directo al grano.
Tres acciones simples que puedes(y deberías) poner en práctica hoy mismo:
Pasa tiempo en el suelo
Ponte de pie, muévete y camina
Descálzate
Si eres de los que no te da la vida, escuchas los whattsapp de tu madre a velocidad x2 y te conformas con leer los titulares de las noticias para saber qué pasa en el mundo, ya hemos terminado: eso es todo lo que necesitas saber.
Quédate con esas tres ideas y a seguir con el día. 😉
Si eres de los que preguntas habitualmente porqué y cómo, y tienes curiosidad por conocer los motivos y beneficios de esas tres acciones, sigue leyendo.
¿Has llegado hasta aquí por casualidad? ¡Bienvenido! Si no quieres volver a depender del azar para leer este newsletter y te interesa mejorar tus hábitos y estilo de vida de una forma simple, sin complicaciones y para siempre, dale al botón rojo.
Esas tres acciones tienen su fundamento en nuestra historia evolutiva y están estrechamente relacionadas entre sí. Pero no quiero abrumarte con un texto denso, así que vamos a dosificar la información en un par (creo) o tres (tal vez) partes.
Empezamos por el primer punto.
1. Pasar tiempo en el suelo
Nuestra especie, el homo sapiens, deriva del homo Erectus, nuestros primeros antepasados que adoptaron la posición bípeda. Estar de pie y desplazarnos de un lugar a otro han dado forma a nuestra anatomía y fisiología.
A lo largo de los miles de años de evolución, hemos ido sufriendo adaptaciones específicas para la locomoción, ya sea la marcha o la carrera.
Con otras palabras, estamos diseñados para movernos y, especialmente para caminar y correr. Podemos desplazarnos durante largas distancias de una forma muy eficiente.
Sí, querido lector: resulta que tienes un runner en tu interior, aunque no seas consciente de ello.
Está en nuestro ADN.
Algún día te hablaré sobre la importancia de la carrera de resistiencia en las adaptaciones evolutivas de nuestra anatomía y fisiología… pero hoy no, ¡que no quiero irme por las ramas!
El movimiento es necesario para disfrutar de una buena salud. Hacer aquello para lo que la naturaleza nos ha diseñado es la mejor forma de mantenerse sano y envejecer joven.
Pero el movimiento tiene su opuesto, que es el descanso.
Son las dos caras de la misma moneda.
Y el descanso también es necesario para mantenerse sano y envejecer joven.
Movimiento y descanso. Descanso y movimiento.
Hoy no voy a hablarte del sueño y su importancia, ni de las estrategias de recuperación que utilizan los deportistas profesionales. No.
Vamos a mirar más atrás, a nuestros antepasados.
¿Cuáles han sido las posiciones de reposo que, de forma natural, adoptaban?
Phillip Beach es un fisioterapeuta neozelandés que tiene una propuesta muy interesante sobre la mejor forma de “afinar” o “ajustar” el cuerpo humano durante las posiciones de reposo después del movimiento. En su libro “Muscles and Meridians. The Manipulation of shape”, habla de las posturas arquetípicas.
Propone que cualquier animal terrestre ha evolucionado para hacer (por si mismo) los ajustes biomecánicos que necesita a través de las posiciones que adopta habitualmente en los momentos de reposo.
Vamos, lo que hoy en día pedimos a los fisioterapeutas, osteópatas, masajistas o entrenadores: que nos “arreglen” lo que la vida cotidiana nos ha estropeado.
Aunque haciéndolo uno mismo, de forma natural y espontánea, mientras descansas.
Apunta que muchos de los problemas musculoesqueléticos actuales, derivados de estar sentados durante horas, de no pasar tiempo en el suelo y de llevar un calzado inadecuado, podrían evitarse y mejorarse con estas tres simples acciones.
Un concepto interesante, que tiene todo el sentido y que merece la pena considerar.
¿Por qué deberías pasar tiempo en el suelo?
Estar tumbado o sentado en el suelo han precedido al movimiento humano a lo largo de nuestro desarrollo evolutivo. Estamos configurados para descansar y estar relajados en el suelo.
Siempre lo hemos hecho…
Hasta que las sillas, sofás y sillones han monopolizado la forma en la que reposamos.
Desde bebés, aprendemos a movernos en el suelo, desarrollamos la movilidad, fuerza y coordinación necesarias para luchar contra la fuerza de la gravedad, aprendemos a levantarnos y agacharnos, dar los primeros pasos, caminar y correr.
Pero todo empieza desde el suelo.
¿Cuál fue la última vez que regresaste al suelo?
Muchos adultos no se sientan o tumban en el suelo ¡desde hace años!
Algunos no son capaces de levantarse sin algún punto de apoyo externo.
Y la inmensa mayoría no dirían que se encuentran en una posición cómoda, relajada y de reposo cuando están en el suelo. ¡Para nada!
Lo que era un espacio de calma y relajación, se ha convertido en un lugar incómodo y hostil.
Yo lo tengo claro: mantener (o recuperar) aquellas actividades y habilidades naturales, propias de la especie es una de las claves para morir joven lo más tarde posible.
Posturas arquetípicas
Estas son las posturas que P. Beach propone que adoptemos con regularidad como posiciones de reposo, ya que ayudarán a mantener y mejorar la movilidad articular de la zona de cadera, rodillas y tobillos.
Te propongo un pequeño reto: ¿Eres capaz de mantener al menos 30” cada una de estas posiciones, estando relajado, sin ningún dolor, con la espalda erguida, sin perder el equilibrio y respirando con normalidad?
¡Pruébalo y me cuentas!
¿Qué tal ha ido? 😅
Si en algún momento has pensado cómo c@j#!es alguien es capaz de estar relajado en estas posturas… me temo que tenemos un problema.
Y te sugiero que te pongas a trabajar en ello ya mismo.
Pero antes, te dejo algunas consideraciones:
Si tienes algún problema osteoarticular, consulta con tu médico.
Evita las posiciones que te produzcan dolor. Algunas te resultarán (seguro) incómodas, pero no deben ser dolorosas. Con el paso del tiempo, te acostumbrarás a ellas y cada vez estarás más cómodo.
Si es necesario, utiliza algún cojín, bloque de yoga o alza para adoptar las posturas que más te cuesten.
Mantén cada postura durante un tiempo, aunque no demasiado (no llegues a sentir excesiva tensión). Ves pasando de una a otra posición de una forma fluida.
Realiza las posturas unilaterales en ambos lados por igual.
Conforme vayas mejorando la movilidad, podrás mantener cada posición durante más tiempo.
No olvides que son posiciones de reposo. El objetivo es progresar para que llegues a sentirte cómodo y relajado en las diferentes posiciones.
Aquí te dejo las posturas arquetípicas, con sus diferentes nombres, en formato video.
Esta noche, cuando enciendas la TV para ver el fútbol o tu serie favorita, ¡no te sientes en el sofá! Ves al suelo, sobre una alfombra o colchoneta, y repasa todas las posturas durante algunos minutos.
Y repítelo cada día.
Cada semana.
Y en un par de meses me cuentas cómo te sientes, ¿ok?
El viernes hablaremos de las otras dos acciones: pasar más tiempo de pie y pasar más tiempo descalzo.
Mientras, espero que retomes tu relación de amor con el suelo.
Salut
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