⏰ El despertador que corre más que tú, pero menos que Chuck Norris.
Que el mercado necesite de un reloj despertador como Clocky dice mucho de la psicología humana.
Si acabas de llegar, ¡Bienvenido! Y si quieres formar parte de una comunidad que quiere mejorar sus hábitos y estilo de vida sin depender de la fuerza de voluntad:
Has decidido que ya está bien, que así no puedes continuar y que vas a ponerte en forma. Has barajado distintas opciones y ya tienes claro el plan.
Tu PLAN.
Vas a empezar a correr: es una actividad fácil de realizar, económica, que puedes hacer en cualquier lugar y que no requiere demasiado tiempo.
”Saldré a correr por la mañana, antes de ir a trabajar. Así empiezo bien el día, evito las horas de calor y, si se me complica el trabajo, ya lo tendré hecho. Total, me levanto una hora antes y ya está”.
Un plan perfecto.
”Mañana empiezo”.
Te vas a dormir, con la ropa y las zapatillas de running junto a la cama. Adelantas una hora la alarma en el despertador…
💤
6:00 am. Suena la alarma… Le das al botón de posponer…
💤
6:10 am. Suena la alarma… Le das al botón de posponer… “Bueno, el primer día, con correr 40 minutos ya tendré suficiente”…
💤
6:20 am. Suena la alarma… “Buf! Estoy cansado…”… Aprietas el botón de posponer…
💤
6:30 am. Suena (nuevamente) la alarma…. “Uhmm… se ha hecho un poco tarde… Para 20’ casi no vale la pena salir a correr. No sea que llegue tarde al trabajo. Mañana empiezo”.
¿Te resulta familiar?
¿Cómo es posible? Si Chuck Norris decide que se levantará a las 6:00 am para salir a correr, lo hace y punto.
Pero ni tú, ni yo, ni el resto de humanos somos como Chuck Norris.
Es normal tener sentimientos encontrados y mostrar ambivalencia: por un lado deseas los beneficios de ponerte en forma y por otro lado rehuyes las incomodidades asociadas a hacer ejercicio.
Podríamos decir que tu cerebro tiene más de una mente, dos sistemas independientes que funcionan simultáneamente: uno más racional (consciente y reflexivo) y otro más instintivo (que siente el dolor y el placer).
Y lo que es una gran ventaja para nuestro funcionamiento en el día a día (ya te iré contando en futuros correos), también nos presenta algún problemilla.
El principal problema es que no siempre van a una.
Uno quiere un beneficio futuro, otro quiere el placer inmediato.
Uno quiere salir a correr, otro quiere quedarse en la cama.
Tanto es así que a Nauri Ganda, una alumna del Massachussets Institute of Technology, se le ocurrió inventar un reloj despertador para hacerte saltar de la cama.
Literalmente.
Porque Clocky es un despertador con ruedas.
Sí, con ruedas.
Clocky, además de tener una alarma (hasta aquí todo en orden), se tira al suelo desde la mesita de noche y empieza a corretear por la habitación.
Vamos, como el aspirador Roomba, pero en plan escandaloso y juguetón.
Así que no te queda otra que levantarte… perseguirlo… y detener la alarma… WTF!? 🤬
Claro, una vez en pie y despierto, es más probable que termines por calzarte las zapatillas y salgas a correr.
¡Misión cumplida!
Que el mercado necesite de un reloj despertador como Clocky (se han vendido varias decenas de miles de unidades) dice mucho de la psicología humana.
Tú quieres salir a correr y también quieres dormir un rato más.
Y no, no eres raro.
Ni te falta motivación.
Ni sólo es una cuestión de disciplina.
Y tampoco es un problema de falta de fuerza de voluntad.
De hecho, no deberías pensar que, a base de fuerza de voluntad, tus planes racionales del mañana podrán con tus impulsos y deseos del aquí y ahora.
Es una batalla perdida.
Como irás viendo, hay mejores cartas que la de la fuerza de voluntad.
Cuanto antes reconozcas y aceptes que esa ambivalencia, esos deseos opuestos y enfrentados, son totalmente normales, antes podrás empezar a lidiar con ellos y a desarrollar estrategias que te ayuden a hacer lo que necesitas o deseas (de verdad) en lugar de conformarte con lo que te apetece en un momento concreto.
¡Ah! Y a dejarás de sentirte culpable.
Te pasa a ti. Me pasa a mí. Y le pasa a la vecina de abajo.
No, a Cuck Norris, eso no le pasa.
Pero a nosotros sí.
¿Sabes porqué Clocky hace bien su trabajo?
Porque corta de raíz ese diálogo (ese bucle interminable) entre tus dos mentes, la racional y la instintiva, y te hace tomar acción. ¿Quién se queda en la cama con un despertador escandaloso moviéndose de aquí para allá en el dormitorio?
Clocky consigue que tu mente racional se imponga. Te hace saltar de la cama. Y una vez dado ese primer paso (el más difícil) las probabilidades de que lleves a cabo tus planes matutinos se han disparado.
“Alex, ¿Me estás diciendo que necesito comprar uno de estos relojes con ruedas para levantarme más temprano?”
No. Ni mucho menos.
Aunque sí me gustaría que te quedaras con estas 3 ideas:
Es totalmente normal vivir muchas situaciones en las que tengas sentimientos o motivaciones confrontadas. No te “machaques” por ello.
Si reconoces y aceptas lo anterior, puedes buscar y desarrollar estrategias para que ese diálogo interior o bien no llegue a producirse o, si se produce, puedas mantener el control de tus acciones en lugar de funcionar “en automático”.
Clocky es un ejemplo de cómo lo que está a tu alrededor puede ser determinante en tus acciones. Casi siempre es más sencillo y efectivo modificar el entorno que cambiar la forma de pensar, la motivación, la disciplina o la fuerza de voluntad.
Seguiremos hablando de todo esto… aunque eso será otro día.
Si eres de los que empieza las dietas lo lunes, te recomiendo que leas la próxima newsletter nada más recibirla, el próximo viernes.
No el sábado, ni el domingo.
El viernes.
Porque, para mí, la dieta empieza los viernes y no los lunes.
Salut!