😈 Identifica a tus cómplices y tus aliados
Algunos amigos te ayudan a seguir el camino de los buenos hábitos que estás intentando incorporar en tu vida. Otros, en cambio, te ayudan a cometer el crimen del hábito que luchas por abandonar.
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Ya sabemos que lo que hay a tu alrededor influye en tus acciones.
Tus amigos y conocidos, también.
A estas alturas ya debes tener una idea bastante clara de qué amigos, lugares y situaciones hacen que te comportes de una forma u otra. Ya sabes qué personas te ayudan a acercarte a tus objetivos y cuáles no.
Hoy vamos a comprobarlo: te propongo hacer una auditoría de tus amistades.
Paso 1: identificar a tus cómplices y tus aliados
Fácil:
los Aliados son aquellos conocidos que te ayudan a mantenerte en el camino hacia los buenos hábitos que estás intentando adquirir.
los Cómplices hacen lo contrario: te ayudan a cometer el crimen del mal hábito que luchas por abandonar.
Algo importante, y que no debes olvidar, es que los cómplices no son malos amigos, ni tienen malas intenciones, ni actúan de mala fé. Para nada. Aunque, eso sí, ejercen una mala influencia sobre ti.
Por eso es necesario tener claro quién juega en tu equipo y quién no.
Cómplices
Los ruidosos
Algunos cómplices son muy fáciles de identificar, especialmente cuando tienen algo que ganar si tú sucumbes a la tentación o pueden quedarse sin excusas para sus propios malos hábitos si tú logras evitar la tentación.
El camarero que insiste en que pruebes alguno de los deliciosos postres caseros o la dependienta que te piropea por lo bien que te queda ese vestido rojo no están preocupados por tus intenciones de cuidar la línea o de ahorrar para las vacaciones de verano. Tan solo quieren conseguir tu dinero.
Esa amiga que te dice “Va, pedimos un postre para las dos” o ese colega de trabajo que te insiste, “¡Venga, hombre! No me dejarás bebiendo solo, ¿eh?” tampoco están preocupados por tus deseos de dejar los dulces o el alcohol. Lo que quieren es no sentirse mal por hacer algo que, en el fondo, saben que no deberían hacer. Si lo hacéis juntos… las culpas se diluyen.
Los silenciosos
En cambio, algunos de tus conocidos, actúan como cómplices silenciosos. Es probable que ni tú ni ellos seáis conscientes de ello, pero ejercen una fuerte influencia, imperceptible, sobre ti, tus acciones y tus hábitos.
No para bien, lamentablemente.
El grupo de amigos que quedan para beber todos los jueves por la tarde o las compañeras de trabajo que prefieren bajar a comer cualquier cosa en el bar de la esquina en lugar de llevarse la comida preparada desde casa. Están dibujando una imagen de lo que puedes considerar normal, aceptable y razonable.
Ya te lo dije hace unos días: la obesidad es contagiosa. Al menos, en parte.
Compara dos fotos de una playa española en el mes de agosto, una de los años 70 y otra actual, y fíjate en las personas que aparecen en ellas, ¿qué diferencias ves?
Aquellos que en los 70s destacarían por tener algunos kilos de más, hoy en día son “normales” (entiéndase como sinónimo de corriente, habitual, media, average).
¡Cuidado con dejar que otros determinen lo que es “normal” o “lo que todo el mundo hace”! Podrían estar llevándote en la dirección opuesta a tus ambiciones.
Otro tipo de cómplices silenciosos son aquellos amigos que, ante algún comportamiento tuyo que saben que ni deseas (en el fondo) ni te conviene, callan.
No quieren hacerte sentir mal. Ni parecer pesados. Tampoco crear una situación de tensión entre vosotros.
Por eso no te dicen de que ya has bebido suficiente por esta noche o que en realidad no necesitas esos zapatos y que es mejor que ahorres ese dinero para ese proyecto que sueñas llevar a cabo algún día.
La pasividad y el silencio de tus amigos también los convierte en cómplices.
Los anfitriones
Aquí están los amigos y conocidos que siempre son los encargados de organizar vuestras quedadas, eventos y actividades.
“Yo me encargo de comprar las pizzas, donuts, golosinas y refrescos para la fiesta de cumpleaños de los niños”
Uhmmm…
“Ya he reservado mesa en el buffet libre, que por 15 € comemos hasta reventar”.
Ufff…
O la santa de tu madre, que prepara comida para quince cuando vais a comer a su casa con tu pareja y los niños.
Ay mamá…
Recuerda: sus intenciones no son malas. Pero sus efectos no son buenos para ti.
Si quieres tomar el control sobre tus elecciones, tendrás que empezar a tomar el control sobre esas quedadas, eventos y situaciones.
Aliados
Veamos ahora quiénes te ayudarán en tu proceso de cambio: llega la hora de conocer a tus aliados.
Coaches
En este grupo puedes encontrar aquellos amigos que, de forma informal, actúan como coaches o consejeros.
Te escuchan, te apoyan y te animan, pero también te hacen reflexionar, te abren los ojos a otras interpretaciones o puntos de vista. Son comprensivos, pero sinceros, y te dirán lo que piensan y lo que creen que es mejor para ti (aunque a ti no te guste escucharlo).
Por supuesto, en este grupo también están los profesionales con conocimientos y habilidades para acompañarte en un proceso de cambio.
Fans
Estos son los amigos y conocidos que siempre te animan, son positivos y optimistas, celebran tus progresos como si fueran los suyos propios, siempre ven la botella medio llena, apuestan siempre a favor tuyo y están a muerte contigo.
Son tan fanáticos de ti y tus logros como lo son los argentinos de Messi y la albiceleste.
Bueno… tanto, igual no. Pero casi.
Para cambiar, necesitamos más coaches y fans a nuestro lado.
Muchos.
Cuantos más, mejor.
Auditoría de tus amigos y conocidos
Ves a por papel y boli. Te espero.
….
Si no la tienes ya (como te propuse unos días atrás), haz una lista con los nombres de todas aquellas personas con las que pasas más tiempo o que ves con cierta regularidad: familiares, amigos, conocidos, compañeros de trabajo, del gym…
…..
¿Ya?
Bien.
Vamos a empezar identificando a tus cómplices. Responde a estas preguntas:
¿Quién se queja o hace algún comentario jocoso, bromita o chiste cuando no sigues lo que es “normal” (hábito que deseas dejar) o cuando haces algo distinto (hábito que deseas incorporar)?
¿Quién se molesta cuando pones en práctica un nuevo hábito (positivo para ti) y rechazas un viejo hábito (negativo)?
¿Quién guarda silencio o mira para otro lado cuando haces algo que no deberías?
¿A quién te preocupa decepcionar, molestar o incluso hacer enfadar? ¿De quién te preocupa recibir críticas?
Estos son tus cómplices.
Escribe una C al lado de sus nombres.
¿Quién se alegra de tu evolución y progreso, aunque eso tenga algún efecto o produzca algún cambio en vuestra relación personal?
¿Quién se muestra comprensivo cuando te escucha pero también es honesto y sincero cuando te da su opinión?
¿Quién pone por delante tus intereses personales a los suyos?
¿Quién se preocupa por ti, tu bienestar y tus aspiraciones, y no solamente se limita a hacerte sentir bien diciéndote lo que quieres escuchar?
Estos son tus aliados.
Escribe una A al lado de sus nombres.
Calcula tu saldo de cómplices y aliados
En un mundo de arco iris, todos tus amigos y conocidos serían aliados y no tendrías ningún cómplice.
En este mundo real (y práctico) te interesa tener más aliados que cómplices.
Parece ser que aquellos que tienen a su alrededor media docena de amigos que actúan como aliados (ya sea en el papel de coach o de fan) tienen un 40% más de probabilidades de conseguir aquellos cambios que persiguen que los que tienen menos de esa media docena de aliados.
¿Cómo ha ido tu auditoría?
¿Cuántas personas te arrastran hacia tus viejos hábitos o costumbres?
¿Cuántas personas te empujan hacia tus nuevos hábitos o aspiraciones?
¿Tienes un saldo positivo o negativo?
La próxima semana hablaremos sobre formas de hacer caer la balanza hacia el lado de los aliados.
Tranqui, no tienes porqué perder la relación con tus amigos cómplices.
O sí.
Yo te doy opciones y tú decides.
Salut.
Las ideas de este post están extraídas del libro “Change anything”, otro manual de operaciones espectacular para los procesos de cambio de hábitos. Está en inglés (no he encontrado la traducción al castellano).
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Lista confeccionada, gente evaluada ;-) Entre mi reducido número de amig@s, cuento con más aliados que cómplices. Bien. Pero... hay que considerar también el "peso específico". No es lo mismo alguien a quien ves cada dos semanas, que alguien a quien ves cada día, por ejemplo...
No cuento las salidas puntuales por compromiso u otras causas, porque son pocas y manejables.
Y sí, cuesta mentalizar a los cómplices, por su idiosincrasia, porque no hay mala idea... peeero yo ya voy obteniendo buenos resultados, aunque espero tus sugerencias en la próxima entrega.
Feliz finde y semana a ti... y a quien lo lea !! Mar