🎶Lo que aprendí con Alejandro Sanz en Jarandilla de la Vera
¿Cómo te quedarías si te propusieran pasar 5 semanas trabajando con un conocido artista en su finca, perdida en un pueblecito de Cáceres?
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La llamada
Era un sábado. El 13 de abril de 2019, concretamente.
Suena el teléfono.
Es David, un amigo, compañero de tarimas de nuestra época de profes de aeróbic y que actualmente trabaja como director técnico de un conocido centro de fitness en una zona residencial de las afueras de Madrid.
“Alex, ¿podrías ir a entrenar con Alejandro Sanz durante cinco semanas a su finca de Jarandilla De la Vera, en Cáceres?”
So… what??? 😳
La propuesta
Alejandro Sanz arrancaba su gira mundial en junio de ese mismo año. Una gira que le llevaría a él y a su banda por diferentes países de América y Europa durante los siguientes dos años.
En #LaGira (así fue bautizada), además de sus éxitos más populares, presentaba su último disco, titulado #ElDisco.
#LaGira, #ElDisco… los de marketing se lo curraron, ¿eh?
El tema es que, para preparar esa gira, había optado por una fórmula que le funcionó muy bien en anteriores ocasiones: coger a sus músicos y técnicos y llevarlos a El Sueño de los Parrales, una finca de su propiedad en Jarandilla de la Vera, un pueblecito de Cáceres. Allí, aislados del bombo mediático de una gran ciudad podrían ensayar y preparar toda la puesta en escena de los conciertos.
Buen plan, ¿verdad?
Bien, además de todo ese grupo de artistas, también le acompañarían algunas personas de su entorno personal, un cocinero, la coreógrafa, un coach vocal, un masajista y… un entrenador personal.
La propuesta consistía en pasar esas cinco semanas con él, entrenando en función de los horarios de los ensayos y otros compromisos. Normalmente sería una sesión diaria, por la mañana. Algunos días no. Otros, doble sesión.
“¿Y para cuándo sería, David?”
“Para la semana que viene. Pero le digo a su asistente que te llame y hablas con ella los detalles, precio, condiciones y demás.”
Nada más colgar, hice dos cosas: se lo expliqué a Cris y busqué en Google Maps dónde narices está Jarandilla de la Vera (y no por ese orden).

La negociación
No te puedes imaginar el torbellino interno que tuve durante los siguientes tres días: asimilar la propuesta, decidir si podía dejarlo todo, así de repente, y ausentarme durante 5 semanas, hacer una valoración económica, ver cómo organizar las sesiones con mis clientes de Sitges y Barcelona…
Sin perder de vista que todo aquello podía quedarse en nada.
72 horas, varias llamadas con Nina (su asistente personal) y muchos pájaros en la cabeza después, llegó la confirmación: “Alex, nos gustaría que vengas con nosotros”.
Reconozco que pensé que se decidirían por alguna otra opción. Lo cierto es que todo el proceso fue muy fácil y en ningún momento se cuestionó el coste de mi trabajo.
¡Nos vamos a Jarandilla!
La preparación
Los siguientes cuatro días fueron una locura: organizar con Jaume, un compañero, la agenda para que pudiera hacerse cargo de mis entrenos en Sitges, avisar a los clientes, organizar los viajes, maletas y material para 5 semanas, buscar un sustituto para una formación interna de debía impartir en una instalación deportiva,…
¡Y escuchar los Imprescindibles de Alejandro Sanz en iTunes! (yo me quedé en el Corazón Partío 🎶)
Recuerdo perfectamente cómo, justo en el momento que arrancó el AVE hacia Madrid, empecé a ser consciente del viaje que iniciaba y de todo lo que implicaba.
Hasta ese momento mi única preocupación había sido no dejar ningún cabo suelto en Barcelona y que todo quedara (perfectamente) organizado durante mi ausencia.
El aprendizaje
La verdad es que toda la experiencia fue una pasada.
En muchos aspectos.
Tantos, que me daría para escribir varias newsletters, aunque no lo haré.
Si esperabas algún cotilleo de la vida y las cosas del artista, siento decepcionarte: soy un tipo discreto y reservado (dos de las razones por las que me contrataron).
Lo que pasa en Jarandilla, se queda en Jarandilla.
Solamente te diré que Alejandro Sanz es un tío campechano y natural, tal y como lo ves en las entrevistas de la TV, que me trataron de fábula y que es impresionante el trabajo y montaje que hay detrás de una gira como la suya.
Lo que sí me gustaría compartir contigo son algunas reflexiones y aprendizajes que me llevé de aquella experiencia. Hay otras, aunque estas son las más relevantes y las que creo que te pueden resultar más útiles.
(El orden no implica importancia)
1. Es mejor tener opciones que no tenerlas
Cuando se te presenta una oportunidad en la vida, lo deseable es que no te pille en una posición de necesidad y que no tengas obligaciones insalvables en tu día a día.
Tener opciones te da la libertad para decidir por ti mismo.
Yo no tenía ninguna necesidad (p.e. falta de trabajo o económica) de aceptar esta atractiva oferta. Tampoco tenía que pedir permiso a nadie para dejarlo todo durante cinco semanas.
Por lo tanto, la decisión de aceptar o no era solamente mía (consensuada con Cris, por supuesto). Podía decidir en base a lo que me apetecía hacer (emoción) y al análisis de los beneficios e inconvenientes de la propuesta (razón).
Sí, amigo, también hay inconvenientes en las cosas maravillosas que nos ocurren.
Por eso, tener opciones para poder decidir es mejor que no tenerlas. Si no tienes opciones, otras personas o las circunstancias estarán decidiendo por ti.
Llevándolo al terreno de la salud, es preferible cuidarte desde ya mismo, ahora que estás sano y que tienes más margen de maniobra (opciones) que esperar a estar enfermo, tener alguna limitación o tener la urgencia de cambiar porque peligra seriamente tu salud o tu vida.
Tú dame opciones, que las decisiones ya las tomaré yo.
2. Tienes más opciones de las que crees
El punto anterior, pensarás, es obvio.
Lo que tal vez no veas tan obvio es que solemos tener más opciones entre las que elegir de las que pensamos. Los prejuicios, hábitos y miedos limitan muchas de las cosas que hacemos. Y limitan, todavía más, las cosas que dejamos de hacer simplemente porque te dices “no puedo”.
¿Qué crees que me pasó por la mente después de hablar con mi amigo, David?
“No puedo abandonar a mis clientes cinco semanas”. “¿Dentro de una semana? Buah! No me da tiempo de organizarlo todo”. “¿5 semanas separado de Cris? ¡nunca hemos estado tanto tiempo separados en 25 años!”. “¡No podré impartir la formación interna para los entrenadores de David Lloyd!”. “Si acabámos de inagurar el nuevo gimnasio y estudio de entrenamiento en Sitges!”, “Justo ahora, que me pilla en mitad de un proceso de acreditación que debo hacer presencialmente…no debería irme.”
¿Lo ves? Todos los inconvenientes, uno detrás de otro, desfilando en mi cabeza.
Dicen que está en nuestra naturaleza humana y que, en un proceso de toma de decisiones, pesa más lo que podemos perder que lo que podemos ganar. En psicología se conoce como la aversión a la pérdida.
Te lo he dicho antes: no hay ninguna situación “ideal” en esta vida que no tenga su carga de inconvenientes, incomodidades o desventajas.
N-i-n-g-u-n-a.
Lo veo a diario: “no tengo tiempo”, “no puedo madrugar”, “tengo que responder esta llamada”, “no puedo decir que no”, “no puedo tal”, “no puedo cual”, “es imposible”…
Pero lo cierto es que siempre hay opciones.
¿Qué opciones tienes tú para tener un estilo de vida más activo? ¿Qué puedes hacer para descansar más y mejor? ¿Cómo podrías comer de una forma más saludable?
Busca tus opciones. Sé creativo. Explora. Hazlo con curiosidad, sin prejuicios.
3. Si quieres, de verdad, hacer algo, encontrarás la forma
¿Cuántas veces no pides algo porque ya has decidido que te van a responder que no?
¿Cuántas veces no has dicho NO porque creías que tu jefe, colega, amigo o pareja se iba a molestar con tu negativa?
¿Con qué frecuencia descartas ideas, proyectos o sueños porque así, a bote pronto, piensas que es imposible llevarlos a cabo?
¿Cuántas veces te has repetido que no es posible cambiar?
Tú mismo, antes de preguntar, decir que no o intentarlo, ya has decidido que no será.
Nadie te lo ha negado. Nadie te lo ha impedido. Lo has hecho tú solito.
Pero si algo es importante para ti y lo comunicas de forma abierta y sincera, los que te rodean, aquellos que te aprecian y quieren lo mejor para ti, no solamente responderán positivamente si no que, la mayoría de las veces, te apoyarán al 100%.
Nadie, absolutamente nadie, me dijo “¿y yo qué? ¿qué hay de mi?”. Todas las personas que se verían “afectadas” por mi ausencia se alegraron por mi y no tuvieron inconveniente en modificar sus rutinas para entrenar con otro entrenador o cambiar sus horarios de entreno durante esas cinco semanas.
Ahora es tu turno.
¿De verdad tus amigos del alma se van a molestar porque has decidido que vas a dejar de emborracharte con ellos cada fin de semana? ¿Acaso no puedes disfrutar de su compañía estando ebrio?
¿Tu pareja se va a enfadar contigo porque has decidido que quieres empezar a cuidarte y que prefieres irte a dormir una hora antes para madrugar y salir a correr en lugar de ver dos capítulos de Netflix cada noche?
¿En serio crees que tu familia no te va a apoyar en tu intento de cuidarte y perder algún kilo, aunque eso implique algunos cambios en los menús de las comidas?
Define tus prioridades, pregúntate porqué son importantes para ti, identifica los obstáculos que te están frenando, busca opciones, compártelas con tus seres queridos y permite que te den su soporte y apoyo.
No te pongas obstáculos (excusas) antes de encontrártelos en tu camino.
4. No eres tan imprescindible como crees
¿Dices que no puedes faltar a… [escribe aquí lo que quieras]?
¡Despierta!
No te creas que tu presencia, conocimientos, habilidades, etc… son imprescindibles en tu trabajo. No creas que SOLO TÚ sabes y puedes hacer determinadas tareas. No creas que tus jefes, empleados, colegas o clientes SOLAMENTE pueden y quieren tratar contigo.
Un exceso de responsabilidad, autoexigencia o, peor aún, celo, te llevará a pensar que eres único e insustituible. Además de ser falso, es un grave problema para ti: estás limitando tus opciones.
Este es otro de los grandes aprendizajes que me llevé.
Pude ausentarme 5 semanas y no pasó nada: todos pusieron de su parte para seguir con la dinámica de entrenamientos habituales. A mi regreso, seguimos como si nada hubiera pasado. Eso sí, con más experiencias en la mochila.
¿Me permites un consejo? Date un respiro.
No, no tienes que estar disponible para todos las 24/7. Ni pensar que si no respondes a ese e-mail AHORA, se hunde la empresa.
Puedes delegar ese proyecto. Puedes trabajar una hora menos. Puedes no responder ese whattsapp del un cliente un domingo por la mañana.
Puedes hacer un hueco en la agenda para hacer ejercicio. Puedes dedicar parte de la hora de la comida para salir a dar un paseo. Puedes poner el móvil en modo avión durante dos horas mientras te concentras en esa tarea importante.
Puedes decirle que no a ese cliente porque no quieres perderte el festival de fin de curso de tu hija un viernes por la tarde.
El mundo seguirá girando. Contigo o sin ti.
Afortunadamente para todos…
5. El “éxito” no lo define una acción concreta o un momento puntual
Los que me conocen saben que soy una persona discreta, de perfil bajo, y que no me impresionan demasiado las cosas pomposas, la farándula ni los unicornios de colores.
Vamos, que fliparon mucho más los de mi alrededor que yo mismo: “¡WOW! ¡Eres el entrenador de Alejandro Sanz!”. Como si, de repente, eso me catapultara a la Elite de los Personal Trainers…
Lo comprendo: estas cosas nos llaman la antención. Estas cosas venden.
“No, yo soy el entrenador personal de Mercè, Xavi, Pere, Stefania, Albert, Mar, y todos aquellos con los que llevo años trabajando regularmente. ¡Ah sí! También entrené en algún momento con Alejandro Sanz, Antonio Orozco o Rebecca Brown”.
Esto me hizo reflexionar sobre el concepto de éxito.
Se suele asociar el éxito a aquello que brilla, lo que destaca del resto, lo que es “especial”. Y claro, entrenar a un famoso no es algo habitual que hacen la gran mayoría de entrenadores. Podría considerarse una forma de éxito, ¿verdad?
A ojos de otros, ese trabajo puntual me sitúa en la cúspide de conocimientos y credibilidad de los entrenadores personales.
¡Error!
No te voy a engañar: me tengo en buena estima y me considero un buen entrenador personal. Diría que estoy por encima de la media, aunque no te fíes de mi percepción.
Pero hay muuuchooos otros entrenadores como yo (y otros tantos, mejores).
Yo tuve la suerte de que me ofrecieran la oportunidad de vivir aquella experiencia.
Pero ese momento puntual no me define como persona, ni como entrenador, ni mucho menos determina el éxito de mi carrera profesional.
El verdadero éxito, para mi, es haber tomado las riendas de mi vida profesional, llevar 30 años haciendo lo que me gusta, haciéndolo lo mejor posible y mejorando cada día. Y tener un grupo reducido de clientes fieles que valoran mi trabajo y con los que disfruto trabajando.
Eso es Éxito. Con mayúsculas.
Las pequeñas acciones cotidianas, monótonas y aburridas, repetidas una y otra vez, acumuladas en el tiempo, y que nos han traído hasta donde estamos hoy en día.
El éxito no es una llamada de teléfono.
Es posible que la llamada fuera como consecuencia de todo lo anterior. O no.
Nunca lo sabremos.
¿Y tú?
¿Sigues esperando esa milagro llamada que te cambie la vida? ¿Esperas un golpe de suerte para perder peso, ponerte en forma o mejorar tu salud? ¿Crees que debe pasar algo extraordinario para que empieces a tomar el control de tus hábitos y estilo de vida? ¿Persistes en la búsqueda del secreto, el método o el hack que reprograme tu cuerpo o tu mente?
Aún a riesgo de decepcionarte, voy a serte sincero: no hay secretos, atajos, fórmulas, métodos, productos o pócimas mágicas para conseguir lo que tanto deseas.
El camino hacia el “éxito” no es tan sexy ni suena tan interesante:
Haz las cosas ordinarias extraordinariamente bien. Y repítelo. Una y otra vez. Día tras día. Mes a mes. Año tras año.
No te dejes cegar por las luces de colores, los brilli-brilli y los unicornios de colores.
Bien, por hoy ya es suficiente. Espero que mis aprendizajes también puedas extrapolarlos a otros aspectos de tu vida.
Ya sabes que me interesa ¡y mucho! conocer lo que piensas, tus inquietudes, tus dudas… Si te apetece, déjame un comentario o escríbeme un e-mail.
Por cierto, ¿Sabes qué tienen en común un surfista, las corrientes marinas y la fuerza de voluntad? ¿No?
Te lo cuento este próximo viernes.
A las 15:00h.
🏄🏻♂️ Salut!
Quina aventura més divertida. Segur que treballar amb artistes d'aquest nivell ha de ser complicat
¡Vaya pedazo de experiencia! Reacción rápida y apoyo del entorno. Bien por todo ello !!!