👟Zapatillas voladoras, espárragos ecológicos y prioridades
Saber priorizar es clave para no perder tu tiempo y dinero. Hoy te hablo de 5 aspectos generales en relación a la alimentación y de la importancia que debes prestar (o no) a cada uno de ellos.
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“Oye, Alex, he estado mirando esas zapatillas X con fibra de carbono en la suela y que dicen que te permiten correr más rápido, ¿qué opinas?”
Uhmmm…
“Voy a cambiarme la bici de carretera, por otra más ligera” (600 gramos)
Vale…
“Cada semana recibimos en casa una cesta de verduras de cultivo ecológico que nos envían desde una huerta de Murcia”, explica a sus amigas, frente a un botellín de cerveza y con un cigarro en la mano, mientras su hijo merienda un zumo de piña y un bollycao.
Pues… felicidades.
Oye, que cada cual haga lo que considere oportuno. Yo no soy nadie para decirte cómo debes gastar tu dinero. Pero claro, si me pides consejo, me temo que deberíamos hablar (en serio) sobre un concepto importante: las prioridades.
Soy un gran defensor de cualquier pequeña acción que te ayude a mejorar tus hábitos y estilo de vida.
Ya sabes, pequeñas acciones, sumadas y repetidas a lo largo del tiempo, producen grandes resultados…
Uno es más que cero…
Todo suma…
Si me sigues en Twitter, ya sabes a qué me refiero.
Pero también debo advertirte de que tomar acciones que (tal vez) proporcionan alguna mejora pero que no tienen un impacto significativo en los resultados, puede ser frustrante.
Te esfuerzas en hacer cosas, pero no ves resultados.
Mal.
Querer hacer bien las cosas, pasar a la acción y esforzarse está muy bien. Pero solamente si te centras en las cosas adecuadas.
Repito: en las cosas adecuadas.
“Y, en relación a la alimentación, ¿cuáles son las cosas adecuadas, Alex?”
Pues depende.
Depende principalmente del estado en que te encuentres y de tus objetivos.
Y no me estoy refiriendo a tu estado de forma física o composición corporal. Me refiero a cuál es tu nivel de conocimiento y habilidad para poner en práctica, de forma habitual, lo que podríamos considerar una alimentación saludable, equilibrada y sostenible que te acerque a tus objetivos.
Porque SABER qué hacer, ser capaz de HACERLO y HACERLO REGULARMENTE son tres cosas muy distintas.
Podría ponerte ejemplos que ilustren el punto anterior, pero como te considero una persona inteligente, creo que no hace falta. Apuesto a que te vienen a la cabeza varias cosas que SABES que deberías (o no) hacer, pero que no haces. O bien, cosas que eres capaz de hacer durante un breve periodo de tiempo, pero no de forma constante.
No te culpes, a todos nos pasa.
SABER qué hacer, ser capaz de HACERLO y HACERLO REGULARMENTE son tres cosas muy distintas.
Por eso, hoy me gustaría fijar un marco que te ayude a decidir dónde apuntar, dónde poner tu atención y energía, en el amplio terreno de la alimentación.
Es un campo muy extenso y con muchos matices. Lo sé. Conozco mis limitaciones y no pretendo que domines todos los aspectos. Pero sí que tengas una jerarquía bien establecida en relación a la alimentación.
Al menos lo suficientemente clara como para que te centres en lo más importante en cada momento, y dejes de dar vueltas a cosas que, ahora mismo, no son importantes para ti.
Ah! Y también para que no te frustres cuando sientas que te estás esforzando (mucho), pero no ves ningún resultado.
En relación a la comida, estos son los 5 niveles y la jerarquía de los aspectos que deberían preocuparte:
CALIDAD
CANTIDAD
TIMING
ESTRATEGIAS AVANZADAS
SUPLEMENTOS
Antes de entrar a comentar cada cada uno de ellos, hay un par de puntos que me gustaría dejar claros.
Número uno: mi recomendación es que te centres en dominar un nivel antes de preocuparte por aspectos que pertenecen al siguiente nivel. Esto no significa que no sea posible (incluso recomendable en algunos casos) trabajar simultáneamente varias estrategias en diferentes niveles. Pero, como norma general, te sugiero que vayas paso a paso, dominando y consolidando un aspecto antes de avanzar hacia el siguiente.
Para aprender a correr, antes debes caminar. Antes de caminar, debes aprender a mantener el equilibrio de pie.
Captas la idea, ¿no?
En segundo lugar, decirte que el objetivo final no es llegar a introducir en tu alimentación todos los aspectos de los 5 niveles, ¡ni mucho menos!
Al contrario, la mayoría de nosotros podemos disfrutar de una alimentación saludable que nos haga estar, sentirnos, vernos y rendir bien, solamente trabajando sobre los dos primeros: la calidad y la cantidad de lo que comemos.
Si me apuras, con algo del tercer nivel. Pero no más allá.
Olvídate de avanzar hacia el final como si estuvieses jugando a un juego de la Play Station. No estás obligado a progresar en el juego, ni a pasar pantallas. Cuando alcances un nivel en el que te sientas bien, estés satisfecho con tu estado de salud, composición corporal y rendimiento y, lo más importante, puedas mantenerlo toda la vida… ¡Quédate ahí!
No te compliques. Quédate en ese nivel, consolida lo que has aprendido y disfruta de la vida.
Bien, ¿vemos cada uno de esos niveles?
1. Calidad
Cuando hablamos de calidad nos estamos refiriendo al TIPO de alimentos que ingieres, y no tanto a si los espárragos ecológicos vienen del huerto de tu primo a 10 km de tu casa.
Como regla general, te interesa que tus comidas se basen en alimentos con una alta densidad nutricional.
Con otras palabras, que te proporcionen muchos nutrientes por cada 100 gramo de alimento: además de proteínas, grasas (buenas) o carbohidratos complejos, también te aporten fibra, vitaminas y minerales.
Vamos, que comas principalmente fuentes de proteínas magras, legumbres, verduras y fruta, algunas grasas saludables y bebas agua.
Y evita los alimentos ultra-procesados, ricos en azúcar y grasas poco saludables, los refrescos y el alcohol.
Profundizaremos en todo esto en siguientes newsletters.
2. Cantidad
Creo que este punto es bastante obvio, ¿no?
Significa CUÁNTA comida estás ingiriendo.
Tal vez te preguntes por qué este aspecto no está en el primer nivel (especialmente si no te llevas bien con la báscula…).
Y es una buena pregunta.
Lo que ocurre es que el tipo de alimentos que ingieres influye (y mucho) en la cantidad de comida que te metes en la boca. Además, los efectos de esta en tu organismo también depende de la calidad de los alimentos tomas.
Vamos, que no es lo mismo zamparte un platazo de brocoli que uno de pastelitos de crema.
Algo que, seguramente no necesitas que nadie te cuente, ¿cierto?
Por este motivo lo situamos en un segundo nivel.
Volveremos al tema de las cantidades y cómo medirlas en el futuro.
3. Timing
Este punto hace referencia al CUÁNDO comes.
¿Cada 3-4 horas? ¿Desayuno, comida y cena? ¿Ayuno intermitente de 16 o 24 horas?
Como te he dicho un poco más arriba, seguramente no necesitas preocuparte por este punto. Al menos, no hasta que domines los dos niveles anteriores.
Si tus comidas se basan en alimentos de calidad, con una alta densidad nutricional y los tomas en la cantidad suficiente según tus necesidades y objetivos, distribúyelos a lo largo del día como te sea más cómodo o preferible.
Hay estrategias interesantes dentro de este nivel y que pueden ser útiles en algunos casos (como también veremos más adelante).
Pero no creo que debas prestarles demasiada atención en el momento en que te encuentras.
4. Estrategias nutricionales avanzadas
Este nivel ya es para pros.
(Traducción: no es para nosotros).
Una vez has demostrado tu dominio de los anteriores y eres capaz de aplicarlos de forma constante y regular, puedes plantearte aplicar algunas estrategias nutricionales avanzadas. Pero solamente si tienes algún motivo objetivo que lo justifique y sea durante un periodo de tiempo limitado.
Esa es la razón en la que me baso para decirte que no es ni para ti ni para mi.
Porque tú y yo necesitamos estrategias simples y efectivas que podamos hacer de forma regular y sostenida en el tiempo. No nos sirven los hacks o secretos milagrosos que solamente podríamos aplicar, con mucho sacrificio, durante pocos días o semanas.
Así pues, no voy a entrar en estas estrategias. Ni soy un experto ni son aplicables a la mayoría de suscriptores de este boletín.
“Oye, coach, ¿pero no me vas a decir a qué te refieres con estrategias nutricionales avanzadas?”
Pues me refiero a, por ejemplo, hacer cargas y descargas de carbohidratos en deportistas de resistencia o bodybuilders, a jugar con la ingesta de carbohidratos y el nivel de hidratación para llegar en estado óptimo a una competición de culturismo, una sesión de fotos o el pesaje de un combate de boxeo o a periodizar semanalmente la ingesta de alimentos (energía).
Todas ellas, como ves, situaciones nada cotidianas para el ciudadano de a pie.
5. Suplementos
Por último, en el quinto nivel de esta pirámide encontramos los suplementos.
¿Quiere esto decir que deberías pasar por alguna de las “torturas nutricionales” que te comentaba en el punto anterior antes de plantearte consumir algún suplemento nutricional?
No.
Quiero decir que, aún teniendo su utilidad en determinados contextos y situaciones, no son imprescindibles.
No hay ningún suplemento que vaya a solucionar una mala alimentación.
Tampoco quiero que tomes el atajo optando por la pastilla en lugar de poner arreglo a tus poco acertadas elecciones gastronómicas.
Insisto: preocúpate mucho por la calidad y cantidad de tu comida, tal vez algo por el momento en que comes y lo más probable es que ya no necesites más.
“¡Tú debes tener algún tema personal con esto de los suplementos, Alex!”
Para nada. De hecho en casa tomamos, habitualmente y desde hace muchos años, algunos suplementos.
Pero no suelo recomendarlos de forma generalizada.
Como sé que este es un tema que despierta interés, es probable que lo retome en un futuro. Evidentemente, será después de hablarte con más profundidad sobre los conceptos de calidad y cantidad de los alimentos.
Mientras, te avanzo dos cosas:
La mayor parte de la oferta de suplementos que encuentras en el mercado no tienen demostrada científicamente su eficacia.
Los suplementos que sí tienen demostrada su eficacia son pocos y no los necesitas si te alimentas de forma adecuada.
Mi consejo no solicitado: ahórrate el dinero en suplementos, zapatillas con placa de carbono o bicis con 600 gramos menos de peso. Y céntrate en lo más importante.
P-R-I-O-R-I-Z-A.
Hablamos en unos días.
Salut
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