⏰ 15' que podrían transforma tu día
Si sientes que no puedes llegar a todo y te resulta imposible sacar 30’ o 45’ para incorporar un nuevo hábito, actividad o hobbie en tu jornada, sigue leyendo.
Hoy hablaré de dos rutinas matinales que han transformado mis días este último año.
Y no, no pretendo ser un ejemplo a seguir, ni decirte que tú deberías hacer lo mismo. Tan solo quiero compartir algo que me ha servido para mejorar notablemente mi vida.
Ya te adelanto que si esperas descubrir una fórmula definitiva para hackear tu vida, no la vas a encontrar. Porque lo importante aquí no es QUÉ he hecho, si no CÓMO he conseguido incorporarlo en mi día a día.
Y aquí sí que creo, humildemente, que mi experiencia te puede resultar útil.
Así que, si sientes que no puedes llegar a todo y te resulta imposible sacar 30’ o 45’ para incorporar un nuevo hábito, actividad o hobbie en tu jornada, sigue leyendo.
En los últimos años, el despertador estaba programado para sonar a las 6:00 am.
Eso me dejaba alrededor de una hora de tiempo para hacer las rutinas normales de cualquier humano moderno antes de salir de casa para ir a trabajar.
Ya sabes, desayunar, tomar el café, ordenar un par de cosas, afeitarse, preparar la bolsa o el tupper, lavarte los dientes, vestirte….
Sin prisas, pero sin tiempo que perder.
Hará casi dos años, Cris y yo decidimos empezar a meditar, algo que nos rondaba por la cabeza desde hacía tiempo, pero sobre lo que todavía no habíamos tomado acción.
Un día te explicaré los beneficios de la meditación, en qué ha mejorado mi vida y qué tipo de meditación practico y porqué. Pero hoy quiero contarte el mayor reto al que me enfrentado para incorporar esta nueva rutina en mi vida y cómo lo he resuelto.
Encajar una nueva rutina en la agenda
Después de varios meses de ir probando diferentes horarios, días y entornos en los que meditar, no había conseguido incorporar las dos o tres meditaciones semanales que me había marcado como objetivo.
35 minutos. Ese es el hueco de tiempo que debía reservar en mi agenda.
Todo apuntaba a que el mejor momento del día (para mi y en mi contexto) podría ser a primera hora de la mañana.
Pero, ¿estaba dispuesto a levantarme antes las 5:30 am?
Uhmmmm….
Así… de buenas a primeras… no mucho.
Como no soy persona de extremos y suelo moverme en el punto medio, decidí hacer una prueba: poner el despertador a las 5:45h y ganar otros 15’-20’ de la mañana dejando algunas cosas preparadas por la noche.
En mi caso, levantarme 15’ antes apenas ha supuesto un esfuerzo.
Adelantar algunas tareas a la noche anterior, tampoco.
Mi ritual nocturno ahora incluye, además de todo aquello que un humano moderno hace antes de irse a dormir, poner la mesa con los utensilios y parte del desayuno, preparar la bolsa con ropa de trabajo y de entrenamiento, dejar listo el tupper con la comida del día siguiente, afeitarme (si toca), la ropa de calle y calzado a mano para vestirme rápido…
Esto me permite ganar otros 20’-25’.
15’ + 25’ = 40’. “¡Volià!”
Estos 40’ ganados al día me han servido instaurar dos rutinas matutinas:
Lunes, miércoles y viernes: meditar 35’
Martes y jueves: Ir caminando al gimnasio (40’) mientras pienso en mis cosas.
Dos rutinas que me permiten afrontar los días de una forma totalmente distinta.
Empezar el día sin correr, dedicándote un tiempo para tí, no tiene precio.
¿Hay alguna actividad, hábito o hobbie, que te gustaría incorporar en tu vida pero no sabes cómo encajarlo? ¿Tienes la impresión de que, ya de buena mañana, estás corriendo y pensando en otros y en tus obligaciones? ¿Crees que si lograras disponer de 15, 25 o 30’ más de tiempo por la mañana empezarías el día de forma distinta? ¿Qué harías con ese tiempo?
Ya te he dicho cuáles son mis rutinas matutinas, aunque podría haber elegido entre:
Entrenar en casa
Hacer una sesión de yoga o movilidad
Salir a correr o caminar
Leer o estudiar
Escribir un diario
Preparar un buen desayuno o dejar lista la comida o cena
Planificar los objetivos y prioridades del día
Trabajar en un proyecto paralelo
Perderme en las redes sociales… (“¡¡No, esto no!!”)
…
Como te decía unas líneas más arriba, lo importante no es QUÉ he hecho en concreto con esos minutos “extra” si no CÓMO he encontrado ese hueco.
Y ha sido algo tan simple como planificar, organizarme y dejar las cosas preparadas el día anterior.
Lo que me recuerda aquella frase que no me canso de repetir (y espero que tú tampoco de leerla):
La fuerza de voluntad está sobrevalorada. La preparación vence sobre la fuerza de voluntad.
Todos tenemos una lista de hábitos y actividades que nos gustaría incorporar en nuestra rutina regular. Y todos tenemos poco tiempo.
Además de aprender a priorizar y ser capaz de detectar las “fugas” de tiempo que no nos aporta nada, planificar y reorganizar las tareas habituales puede ser de gran ayuda para rascar algunos minutos a la jornada y empezar a hacer aquello que (hoy) no sabes cómo encajar en tu agenda.
¿Y tú? ¿Tienes alguna experiencia parecida? ¿O tienes algo en mente que podrías poner en práctica mañana mismo? ¡Cuéntame aquí!
Salut
PD: por si te interesa el tema, estas dos entradas también pueden servirte para conseguir y aprovechar mejor el tiempo del que dispones.
Gracias como siempre por compartir estas reflexiones que nos ayudan a muchos a mover las nuestras propias.
Yo también hace años decidí emplear de manera diferente el tiempo que tengo por la mañana antes de que mi hijo y mujer se levanten. Antes solía dejarme llevar a la deriva por el mar de noticias de actualidad y redes sociales mientras tomaba el café; ahora adelantando también un poco el despertador como tú y olvidándome de móvil dedico ese tiempo a sacarme poco a poco asignaturas de un Grado que me gusta :-)
Un abrazo.
P.D.: Tengo pendiente encontrar el hueco para retomar la meditación, ese es va a ser mi próximo objetivo ;-)